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«La base de la creencia en el Santo Grial en el Nuevo Testamento», con Antonio Piñero

Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica, Filología Bíblica Trilingüe y Doctor en Filología Clásica, Antonio Piñero ha editado Apócrifos del Antiguo Testamento (6 vols.), Hechos Apócrifos de los Apóstoles (3 vols.) y Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi (3 vols.). Ha publicado numerosos artículos en revistas nacionales y extranjeras, así como más de cincuenta capítulos en libros editados por otros. Entre sus publicaciones destacan El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos (1995), Biblia y Helenismo. El pensamiento griego y la formación del cristianismo (2006), Año Uno. Israel y su mundo cuando nació Jesús (2007), Los cristianismos derrotados. ¿Cuál fue el pensamiento de los primeros cristianos, heréticos y heterodoxos? (2007), Jesús de Nazaret. El hombre de las cien caras (2012), Ciudadano Jesús. Respuestas a todas las preguntas (2012) y Guía para entender el Nuevo Testamento (2011). Junto a su prestigio internacional como investigador, destaca su faceta de comunicador.

Durante la conferencia, Antonio Piñero hace referencia a varios textos neotestamentarios, que pueden leerse a continuación:

LOS TEXTOS MÁS ANTIGUOS ACERCA DE LA EUCARISTÍA Y SU SENTIDO

1. Pablo de Tarso escribe entre el 54-58 d.C. su primera Carta a los corintios. En 11, 23-2:

«23 Porque yo recibí del Señor lo que os transmití a vosotros: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, 24 dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía». 25 Después de cenar, hizo igual con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que bebáis, haced lo mismo en memoria mía». 26 Pues de hecho, cada vez que coméis de ese pan y bebéis de esa copa, proclamáis la muerte del Señor hasta que vuelva. Por consiguiente, el que come del pan o bebe de la copa del Señor indignamente tendrá que responder del cuerpo y de la sangre del Señor». 27 Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. 28 Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. 29 Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. 30 Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos.

A este texto hay que añadir 1 Cor 10, 16-21:

16 La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? 17 Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan […] 21 No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios.

2. Mc 14, 22-26 (hacia el 71 d.C.):

22 Mientras estaban comiendo cogió un pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: ‘Tomad, esto es mi cuerpo’. 23 Y, tomando una copa, pronunció una acción de gracias, se la pasó y todos bebieron de ella. 24 Y les dijo: ‘Esta es la sangre de mi alianza, que se derrama por muchos. 25 Os aseguro que ya no beberé más del producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba nuevo en el reino de Dios’. 26 Y después de cantar salieron para el Monte de los Olivos”.

3. Mateo (unos diez después de Marcos) 26,26-29:

26 Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» 27 Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, 28 porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo, en el Reino de mi Padre.»

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4. El texto de Lc 22, 14-20 (unos quince años después de Marcos). Textos largo y breve. El breve aparece en el llamado Códice Beza, y en las antiguas versiones ítala y siríaca del Nuevo Testamento:

14 Cuando llegó la hora, se recostó Jesús a la mesa y los apóstoles con él. 15 Y les dijo: ‘¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes de mi pasión! Porque os digo que no la volveré a comer hasta que tenga su cumplimiento en el reino de Dios. Y tomando una copa pronunció la acción de gracias y dijo: ‘Tomad, repartidla entre vosotros; porque os digo que desde ahora no beberé más del producto de la vid hasta que no llegue el reinado de Dios. Y tomando un pan pronunció una acción de gracias, lo partió y se lo dio a ellos diciendo: Esto es mi cuerpo”.

El texto largo –de la mayoría de los manuscritos– añade los vv. 19b y 20:

«Que se entrega por vosotros; haced lo mismo en memoria mía. Después de cenar hizo igual con la copa diciendo: ‘Esta copa es la nueva alianza sellada con mi sangre, que es derramada por vosotros’».

5. Los Hechos de los apóstoles (del mismo autor que Lucas, pero posterior al evangelio, del que es la segunda parte: ¿compuesto hacia el 100-110?) mencionan la “fracción del pan” en diversos pasajes: 2,42.46; 20,7.11; 27,35.

2,46: “Diariamente acudían unánimemente al Templo, partían el pan en las casas y tomaban su alimento con alegría y sencillez de corazón”. El resto de los pasajes dice exactamente lo mismo, “partir el pan”, sin ninguna mención a lo que hoy entendemos por eucaristía con su referencia al cuerpo y sangre de Cristo.
2,42: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión [reuniones en común], a la fracción del pan y a las oraciones”.
20,7.11: “El primer día de la semana [es decir, el domingo; los primeros cristianos iban el sábado a la sinagoga y el domingo celebraban sus reuniones particulares], estando nosotros reunidos para la fracción del pan…”; “Subió luego [Pablo]; partió el pan y comió; después platicó largo tiempo, hasta el amanecer. Entonces se marchó”.
27,35: “Diciendo esto, tomó [Pablo] pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y se puso a comer.”

6. La Didaché o “Doctrina de los Doce apóstoles” (compuesto hacia el 110)

“Respecto a la acción de gracias (= “eucaristía”), daréis gracias de la siguiente manera: primeramente sobre el cáliz: ‘Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David tu siervo, la que nos diste a conocer por medio de Jesús, tu siervo, a ti sea la gloria por los siglos’. Luego sobre el fragmento (de pan): ‘Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos manifestaste por medio de Jesús tu siervo. A ti sea la gloria por los siglos.
Como este pan estaba disperso sobre los montes, y reunido se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu Reino. Porque tuya es la gloria y el poder por Jesucristo eternamente.
Que nadie coma ni beba de vuestra acción de gracias (“eucaristía”), sino los bautizados en el nombre del Señor, pues acerca de ello dijo el Señor: No deis lo santo a los perros. “Después de saciaros (de comer) daréis gracias así: ‘Te damos gracias, Padre Santo por tu santo nombre […] Tu, Señor omnipotente, creaste todas las cosas por tu nombre, y diste a los hombres comida y bebida para su disfrute. Mas a nosotros nos hiciste gracia de comida y bebida espiritual y de vida eterna por tu siervo (Jesús) […]
Acuérdate, Señor, de tu iglesia para librarla de todo mal, y hacerla perfecta en tu amor, y reúnela de los cuatro vientos, santificada en tu Reino, que has preparado. Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos”.

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