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Programa del IX Encuentro Eleusino en Ávila

Me declaro hombre genéricamente religioso ―budista, hinduista, taoísta, animista, sintoísta, gnóstico, que no agnóstico. Mi único dios es el anima mundi. Por eso soy también, a rajatabla, ambientalista― por considerar que sólo la religión (sin iglesias de ningún tipo) responde o intenta responder a las grandes preguntas ―las únicas que de verdad me interesan― y por opinar que todos los valores éticos y también los estéticos ―el arte, si no busca lo sublime (vale decir: la Belleza, la Bondad y la Verdad, entendida ésta como tentativa de gnosis, de conocimiento), no es nada― proceden del ámbito e impulso religioso.
Fernando Sánchez Dragó

Como todo niño de la posguerra española, Dragó practicó una religiosidad rutinaria y temerosa hasta los doce años. Entonces desarrolló un misticismo exacerbado impropio de su edad que le condujo por los vericuetos de las noches oscuras del alma. De sus desvelos le sobrevinieron profundas dudas religiosas al hilo de los catorce años, resultado de lecturas fragmentarias de los filósofos racionalistas. Sus inquietudes, sin embargo, no se presentaban con el vigor suficiente como para empujarle fuera del orden constituido por su educación de niño de derechas.

Fue a los quince años, después de su primera incursión sexual, cuando el fino hilván que aún lo unía a la Iglesia se cortó. Poco a poco fue comulgando en misa diaria con menor convicción y entró en la espiral del sacrilegio reiterado, lo que le arrastró inexorablemente a abandonar su fe y renegar de Dios. Se convirtió en un radical, por no decir en un extremista. «Siguieron años de virulencia jacobina. Me convertí al ateísmo. Me convertí, en efecto, porque el ateísmo es una de las manifestaciones paradójicas de la fe.»

Extrañamente, a la edad de dieciséis años, durante el primer viaje de su vida, tuvo una revelación. Visitaba en ese momento la Cartuja de Miraflores, en Burgos, junto a su madre y su padrastro, y el fraile que les servía de cicerone les mostró una de las celdas en las que transcurría la mayor parte de la vida de los monjes. Se trataba de un cubil franciscano y ascético, apenas un jergón, una mesa y una silla. El joven muchacho se volvió hacia sus padres y les dijo, en tono categórico, que deseaba vivir así y allí. Sorprende, sin embargo, que este episodio tuviera lugar justo cuando su ateísmo tomaba cuerpo en su pensamiento y no hiciera que el adolescente volviera grupas, resultas de la iluminación burgalesa, hacia su anterior religiosidad.

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Catedral de Ávila

Vida, literatura y viaje convergen en el mismo punto en la persona de Dragó, y así sucede también con la religión. Aquel acontecimiento, religioso en su superficie, escondía matices vocacionales, literarios, artísticos, vitales. Es ésta la primera manifestación de su vocación monástica, volteriana, de trabajo y sacrificio, de ora et labora, de estar en lo que se está. «Sin un solo paso más allá de la puerta / puedes conocer el mundo», nos dice Lao Tse. Fue un fulgor taoísta. Luego la vida lo distrajo, la maleza cubrió esta senda, quizá abierta prematuramente, los años se sucedieron y aquel joven Dragó tuvo que dar la vuelta al mundo sólo para volver al punto de partida.

Años más tarde llegaría a la ribera del Ganges a su paso por Benarés y la capa de años de ateísmo se diluiría en sus aguas, mientras su mirada volvía a dirigirse al firmamento, siguiendo la estela de las volutas de humo de las incineraciones de los muertos.

Desde entonces su credo se encaminaría por cauces orientales para llegar al hinduismo, al tantrismo, al budismo, al taoísmo, al gnosticismo. Todos sus grandes viajes, los que lo conducían ―como dijese Baudelaire― al fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo, lo llevaron una y mil veces hasta la linde de esa tierra incógnita que es la religión.

Inevitablemente, la fe acusa las búsquedas tenaces y nunca escapa incólume cuando se la somete a una indagación espiritual constante. De ahí los momentos estelares, de honda incidencia vital, que a lo largo de su existencia han troquelado su determinación religiosa en cada momento. Están contados, sobre todo, en sus libros y en algunos artículos. «Citaré mi peregrinación al Ganges, en Benarés, allá por marzo de 1967; mi primer encuentro, y encontronazo, con el LSD en la primavera de 1970; mi primera lectura de los Evangelios Gnósticos en el otoño de 1971; el ataque de pánico que sufrí en octubre de 1988 y, por último, mi regreso al sacramento de la Eucaristía en agosto de 1990». Entiéndase «Eucaristía» como el sacramento común a gran parte de las religiones paganas que la Iglesia se aproprió.

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Basílica de San Vicente

Pero Dragó no es cristiano ―o al menos no lo es sólo―, sino pagano. Eso es lo que responde cuando alguien le pregunta por su religión. «Pagano, porque vivo en un pueblo (pagus) y no en la polis (política), porque mi dios mayor es Dioniso y porque me habría gustado ir a Eleusis antes de que el fanatismo de los cristianos borrara a pico, pala, cal y degüello ese foco de ilustración y de embriaguez sagrada a cuyos ínferos descendieron durante once centurias todos los sabios de la Antigüedad. Fue la primera Institución Libre de Enseñanza que hubo en la Historia. Tras su clausura empezaron los siglos oscuros en los que las tres religiones del Libro siguen sumidas.»

El espíritu religioso no es exclusivo de una sola religión. Uno puede ser, sin sospecharlo, cristiano, budista, taoísta, hinduista, musulmán y chamán simultáneamente. Máxime en el cristianismo, que sirvió de corpus sincrético para la homogeneización religiosa del Mediterráneo en los primeros siglos de nuestra era. Las religiones en modo alguno se excluyen las unas a las otras, sino que se complementan. Son todas manifestaciones y visiones entrelazadas y perfectamente compatibles entre sí. «La religión ideal para una persona como yo, una persona viajera y cosmopolita ―decían los filósofos alejandrinos que la verdad es cosmopolita, y es frase que me entusiasma―, es una religión cosmopolita, es decir, una religión sincretista, pues a medida que rascas en las religiones te das cuenta de que todas dicen lo mismo, de la misma forma que te das cuenta de que todas las iglesias desvirtúan y falsifican el mensaje de las religiones.»

Así pues, el paganismo, entendido desde la perspectiva del taoísmo ―que es la vía más corta que el autor conoce para alcanzar la felicidad ―, ésa es la religión que profesa. «Ser taoísta, y yo lo soy. Lo soy cada vez más, nada me convence tanto.»

Creer en Dios: cuestión clave. En El sendero de la mano izquierda, Dragó llega a afirmar que Dios no existe. Tal vez fuese demasiado categórico en esa sentencia. Sí cree, aunque no utilizaría el verbo creer, y tampoco diría Dios, sino el Espíritu. «Esto es: el anima mundi, no conozco ni reconozco otro dios.» El alma del mundo, la fuerza que anima el universo, el animismo, el Tao. Su camino no es el de la Fe, aunque la respeta, sino el del Conocimiento.

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Real Monasterio de Santo Tomás, en Ávila

Del mismo modo que no cree en Dios ―sin por ello cejar en su búsqueda del Espíritu―, tampoco cree en que haya algo en nosotros que sobreviva a la muerte corporal: lo sabe con certeza. El Camino del Conocimiento y su procelosa travesía vital le han conducido a la profunda convicción de la existencia del alma, de su inmortalidad y de sus sucesivas reencarnaciones en pos del último grado de crecimiento espiritual que la lleve a quebrar la rueda del samsara , escapar de sus ataduras para alcanzar el estado de felicidad, de armonía, de pureza y de integración cósmica al disolverse en el Todo, perdiendo así su individualidad para pasar a formar parte del Uno.

De la misma forma que existen vertientes exotéricas (externas, reveladas) y esotéricas (interiores, iluminadas) en las creencias religiosas, hay dos formas fundamentales de entender la religión: una es la mítica, la otra es la mística. La primera de ellas, la mítica, existente en todos los lugares de la Tierra, se basa en la definición de un canon, en la interpretación literal de unos textos, y pretende, por tanto, que el devoto crea que Moisés en verdad atravesó el Mar Rojo a pie. Dragó desdeña esa clase de religiones. Sí le interesa, en cambio, la mística.

Dragó cree, además, en la construcción individual del alma. «El alma no es un don, sino una conquista.» Quienes admiten la existencia del alma suelen dar por hecho que todos los seres humanos la poseen. «Yo, después de haber observado con la máxima atención posible a lo largo de sesenta y cinco años de vida la naturaleza y la conducta de mis semejantes, y la mía propia, no estoy seguro de ello, y Gurdjeff, más radical, quizá mejor informado, lo niega tajantemente y asegura que el alma, de la que en último término dependería la inmortalidad de los individuos de nuestra especie, no es un don gratuito, sino algo que se gana, que se conquista, que se merece, que se construye.» Todo aquél que aspire a mantener su identidad después de la muerte, aunque sólo sea en las primeras etapas del viaje por el éter, debería obrar en consecuencia.

Aunque Dragó reconoce que no siempre ha pensado lo mismo, en éste o en cualquier otro asunto: «Sería una contradicción in terminis. Dice Krishnamurti que ‘la verdad no es estática. La verdad es siempre nueva y sólo la puede comprender la mente que esté muriendo para toda acumulación, para toda experiencia, y que por tanto sea fresca, joven, inocente’. Vale apostillar: la esencia del misterio de la vida está en el cambio. Todo muda, nada en ella permanece. De ahí que, quien se aferre a algo, enloquezca, pierda la brújula, el norte y el oremus. Esa generalizadísima enfermedad sólo tiene un antídoto: el no-apego de los budistas.»

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Residencia Santo Tomás, en Ávila

La sede del IX Encuentro Eleusino en Ávila será la Residencia del Monasterio de Santo Tomás (Avda. de la Juventud, 2), junto al monasterio del mismo nombre.

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Residencia Santo Tomás, en Ávila

A apenas 10 minutos a pie del centro de Ávila, la Residencia Santo Tomás se encuentra enclavada dentro del recinto del Real Monasterio de Santo Tomás. Es un gran edificio de cuatro pisos, construído en el año 1958, por el Arquitecto D. Miguel Fisac, arquitecto también del Colegio de los Padres Dominicos de Arcas Reales en Valladolid y del Convento de San Pedro Mártir de Alcobendas, en Madrid.

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Residencia Santo Tomás, en Ávila

Todas las habitaciones tienen baño y grandes ventanales, disponiendo de conexión a Internet.

 

IX Encuentro Eleusino en Ávila: Dios. Del 31 octubre al 2 noviembre 2014

Viernes 31:
    18:00h.: Acreditación.
    18:30h.: Presentación del IX Encuentro Eleusino en Ávila, con Fernando Sánchez Dragó.
    19:00h.: «Implicaciones filosóficas y espirituales del nuevo paradigma cuántico», con Fernando Díez.
    21:00h.: Cena.

Sábado 1:
    08:00h.: Clase de meditación, con Fernando Díez.
    08:45h.: Desayuno.
    09:30h.: «Dios: el sustantivo que no admite adjetivos», con Fernando Sánchez Dragó.
    12:00h.: «¿Religión sin Dios?», con Manuel Fraijó.
    14:00h.: Comida.
    16:00h.: Visita guiada por la Ávila de Santa Teresa, con Jaime Buhigas. (Aforo completo).
    20:00h.: Puesta en común de los últimos avances para la construcción de la Escuela Eleusina en Castilfrío, con Fernando Sánchez Dragó. (Opcional).
    21:00h.: Cena.

Domingo 2:
    08:45h.: Desayuno.
    09:30h.: «Misticismo en el siglo XVI: ‘Las Moradas’, de Santa Teresa», con Jaime Buhigas.
    11:30h.: «El cerebro espiritual», con Francisco José Rubia.
    13:00h.: Clausura del IX Encuentro Eleusino en Ávila, con Fernando Sánchez Dragó.

 

PONENTES

En el «IX Encuentro Eleusino en Ávila: Dios» trataremos de aproximarnos a la idea de Dios desde un enfoque multidisciplinar. Contaremos, para ello, con expertos, médicos y escritores como Fernando Díez, Manuel Fraijó, Francisco José Rubia, Jaime Buhigas y Fernando Sánchez Dragó, anfitrión de los Encuentros Eleusinos, entre otros.

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FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ

Licenciado en Filología Románica y Lenguas Modernas y doctor en Letras, ha ejercido la docencia universitaria en España y fuera de nuestro país. Colaboró con la NHK japonesa y la RAI italiana, y, desde que en 1977 comenzara su andadura televisiva con el espacio literario «Encuentros con las letras», ha dirigido y presentado programas de televisión hasta la actualidad, con «Las noches blancas» en Telemadrid, en antena desde 2004. Fundador y director del suplemento literario «Disidencias» de «Diario 16», hoy día es contertulio en programas de radio y televisión y columnista en los diarios «El Mundo» y «La Razón». Como escritor, ha cultivado el ensayo y la novela. Entre sus obras destacan «Gárgoris y Habidis – Una historia mágica de España» (1978), «Las fuentes del Nilo» (1986), «El camino del corazón» (finalista del Premio Planeta de 1990), «La prueba del laberinto» (Premio Planeta 1992), «La del alba sería» (1996), «Historia mágica del Camino de Santiago» (1999), «Carta de Jesús al Papa» (2000), «Y si habla mal de España… es español» (2008), «Soseki – Inmortal y tigre» (2009) y «Esos días azules. Memorias de un niño raro» (2011). Ha recibido galardones como el Nacional de Ensayo, el Ondas, el Nacional de Fomento a la Lectura, el Premio Espiritualidad Martínez Roca con «El sendero de la mano izquierda» y el Fernando Lara, con «Muertes paralelas». Su último libro publicado es «Pacto de sangre. Vidas cruzadas». www.sanchezdrago.com

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MANUEL FRAIJÓ

Doctor en Teología y Filosofía por la Universidad de Tubinga (Alemania) en 1975 y Doctor en Filosofía y CC.EE. por la UNED en 1979, Manuel Fraijó fue alumno de Karl Rahner, Hans Küng, Walter Kasper (director de su tesis doctoral), Jürgen Moltmann, Johann Baptist Metz y Wolfahrt Pannenberg durante sus estudios en Austria y Alemania. Fue profesor de teología fundamental en la Universidad Pontificia de Comillas y en la Facultad de Teología de Cartuja, Granada. En la actualidad es catedrático de Filosofía de la Religión e Historia de las Religiones en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es autor de Dios, el mal y otros ensayos, El cristianismo: una aproximación y Filosofía de la religión: Estudios y textos, entre otros.

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FRANCISCO JOSÉ RUBIA

Catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid y vicepresidente de la Academia Europea de Ciencias y Artes con sede en Salzburgo. Es experto en fisiología del sistema nervioso, campo en el que ha trabajado durante más de cuarenta años. Aparte de su actividad académica en Madrid y Munich (Universidad Ludwig Maximilians), ha sido subdirector del Hospital Ramón y Cajal, director general de Investigación de la Comunidad de Madrid, miembro del comité ejecutivo del European Medical Research Council, director del Instituto Pluridisciplinar de la Universidad Complutense y miembro numerario de la Real Academia Nacional de Medicina. Entre sus últimos trabajos de divulgación destacan los libros ¿Qué sabes de tu cerebro? (Temas de Hoy, 2006), El sexo del cerebro (Temas de Hoy, 2007) y La conexión divina (Booket, 2014). En la actualidad tiene en imprenta su nuevo libro, El cerebro espiritual.

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FERNANDO DÍEZ

Filósofo, orientalista, escritor, concertista de sitar, conferenciante, imparte cursos sobre orientalismo, filosofía y desarrollo personal, clases de sitar y consultas de apoyo psicológico mediante la filosofía y la interpretación de las manos. Vivió 12 años en la India dedicado a la música, la ascética y la filosofía, que avalan sus conocimientos sobre mística, teórica y experimental. Su campo de investigación se centra en las interconexiones entre la mística perenne, la filosofía oriental, la occidental y la Nueva Física, todo ello orientado a la transformación personal y la conducta, o filosofía sapiencial. Viajero infatigable de varios continentes, presume de los 5 largos viajes que hizo a la India por tierra y en solitario en los 70. Es autor de «El legado de la India» y «Física para místicos, mística para físicos». Su último libro hasta la fecha es «Ciencia y consciencia. El paradigma cuántico y la búsqueda espiritual» (Kairós).

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JAIME BUHIGAS TALLON

Tercero de cuatro hermanos varones, Jaime Buhigas Tallon ha heredado de su padre la vocación docente, el instinto teatral y la sangre asturiana. De su madre, la destreza manual, el ingenio improvisado y la sangre francesa. Tras estudiar arquitectura en Madrid, ganó una beca Fulbright con la que se formó como director de escena en Chicago (Illinois). Investigador de la Geometría Sagrada, está especializado en la sección áurea y la simbología pitagórica. Como profesor, imparte cursos relacionados con el teatro, mitología comparada, simbología geométrica, dibujo y creatividad. Como artista es director de varias compañías de teatro, dibujante, ilustrador y escritor de numerosos textos dramáticos, entre los que destacamos el libreto de la ópera Altisidora. Es fundador del movimiento de renovación pedagógica «Aprendemos todos: por una educación mejor». Es adicto a los Caminos de Santiago y cree profundamente que el mundo es de los viandantes y por eso no sabe conducir. Cumplió 33 años en Jerusalén y 39 en Etiopía. Detesta las fiestas sorpresa y los pantalones vaqueros. Adora los mapas y si volviera a nacer se haría, sin lugar a dudas, músico. Sus héroes, al igual que él, tienen la nariz grande: Don Quijote, Cyrano de Bergerac y la Madre Teresa de Calcuta. Ha publicado, con gran éxito, La divina geometría y Laberintos, ambos con La Esfera de los Libros.

 

PRECIOS DE LAS MATRÍCULAS:
    – Habitación compartida (más de 2 camas): 275€ / persona.
    – Habitación doble o de matrimonio: 300€ / persona.
    – Habitación individual: 325€.
    – Tarifas especiales:
            * Curso completo sin visita guiada: descuento de 20 €/persona (sobre el precio de matrícula).
            * Sólo conferencias: 150 €/persona (curso completo sin alojamiento ni pensión completa ni visita guiada).
            * Sólo una jornada de conferencias: 70 €/persona (sin comida ni visita guiada).

La matrícula del IX Encuentro Eleusino en Ávila incluye alojamiento, pensión completa y asistencia a todas las actividades durante los tres días del curso (31 de octubre, 1 y 2 de noviembre de 2014), según figura en el programa.

Para matricularse en los Encuentros Eleusinos en Ávila, solicítennos información sobre nuestra cuenta bancaria a la dirección de correo electrónico: eleusis@sanchezdrago.com o al teléfono 687 284 331.

A continuación, habrán de informarnos del ingreso. Y, finalmente, esperar nuestra confirmación de que la operación se ha realizado satisfactoriamente. No duden en consultarnos cualquier duda.

Puede llegarse a Ávila desde Madrid en tren (estación de Chamartín) o en autobús (empresa AvanzaBus, Estación Sur Méndez Álvaro).

¡Esperamos veros en Ávila!

Javier Redondo Jordán

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